El clavecinista y fortepianista Yago Mahúgo llevará al límite las posibilidades sonoras de su instrumento con un programa que abarca buena parte del siglo XVIII, que supuso la culminación de la escuela francesa para clave en manos de François Couperin, su primo Armand-Louis, Joseph-Nicolas-Pancrace Royer y, bajo la influencia de Scarlatti en España, el padre Antonio Soler.