Bajo una capucha y una frondosa barba, en las calles del centro de Madrid se esconde Lucas, argentino y apasionado por el flamenco. «Soy argentino y me gusta el flamenco», no duda en repetir a todo el que le pregunta.
Su voz rasgada no viene de nacimiento, una puñalada que casi le cuesta la vida supuso un cambio radical en su cantar y le llevó a tomar la decisión más importante de su vida: «Estando en cuidados intensivos me acordé de la promesa que le hice a mi abuelo de venir a España a tocar flamenco».
Así, pasadas las 9 de la noche y con su guitarra, Lucas Puente consigue cautivar a miles de madrileños y turistas que van a pasear a la Puerta del Sol.
Además, Alejandro Sanz le escuchó tocar e hizo una publicación en sus redes sociales. «Yo no lo puedo creer todavía», recuerda el cantantante. Ahora Lucas sigue creciendo y luchando por sus sueños.